No puedo acompañar estas jornadas, por culpa del trabajo y de la geografía, que me han enviado a otras tierras lejos de allí.
Pero sí quiero expresarles mi solidaridad con la solidaria tarea que ustedes
están cumpliendo. Y mi apoyo, entusiasta, a esta voluntad de revincular la justicia y la
salud.
La justicia y la salud han sido divorciados por la cultura dominante, cultura del desvínculo
que separa y aísla todo lo que toca.
La reconstrucción y el desarrollo de una cultura del vínculo, que nos permita reunir y
reunirnos, es uno de los grandes desafíos que este nuevo milenio tiene planteados.
Es necesario juntar a la salud y a la justicia, como es necesario juntar a la justicia y a la
democracia, a la memoria y a la realidad, al discurso público y a la vida cotidiana, a la
vida individual y a la vida colectiva, al alma y al cuerpo y a todo y a todos los que somos
fragmentos de algo que anda en busca de un destino compartido.
Un gran abrazo para todos ustedes,
eduardo galeano