11.12.2008, Colombia
“Yo quisiera llegar a cada puerto como uno de vuestra casa, y
quisiera acogeros en la mía como a mis padres y hermanos”
expresó Gerardo Valencia Cano, así el Movimiento Nacional
de Víctimas de Crímenes de Estado Capítulo
Buenaventura con el apoyo de la Comisión de Justicia y Paz,
inauguraron la Casa de la Memoria el pasado 4 de diciembre.
En ese espíritu de acogida mutua, el espacio abierto para tejer
redes de víctimas frente a la búsqueda de la Verdad, la
Justicia, la Reparación y la Defensa del Territorio lleva el
nombre del Obispo Gerardo Valencia Cano. Monseñor Valencia a
comienzos de los 70 murió en extrañas circunstancias en
un vuelo. Algunas fuentes indican que detrás hay un atentado
perpetrado con la responsabilidad del Estado y las agencias de
seguridad de Estados Unidos, quienes pretendieron silenciar a
quien era considerado como un “rojo”, un “obispo
comunista”.
En el Puerto de Buenaventura que hoy es escenario de una grave
violencia socio política, en el que se experimenta el terror de
Estado y la guerra de guerrillas, se abrió un lugar de esperanza
con un diálogo y cantas en torno a las “Con y por las
víctimas, por el territorio a la luz de monseñor Gerardo
Valencia Cano
En las horas de inauguración se presentó el Movimiento
Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado, su historia e
iniciativa y se reinterpretó el presente con la memoria de
Monseñor Gerardo Valencia y un ritual simbólico de
apertura y compromiso.
En el ejercicio de memoria colectiva se escucharon testimonios de lo
que a pesar del tiempo permanece en el corazón, el pensamiento,
los rostros de afrobonaverense.
Era un hombre muy sencillo que llegaba a todas las casas, a las
más humildes. Siempre andaba con su camisa, pantalón
caqui y zapatos de esos de colegio. Cuando lo de Cristo Rey el nos
ayudo a sacar lo que podíamos. Muchos salieron apenas con
la mera ropa que llevaban puesta. DORIS CACHIMBO
Cristo Rey y Balboa eran los barrios que existían en ese
momento, en donde hoy están construidas las instalaciones del
puerto actual de Buenaventura. A las 3:00 am fueron inundadas las casas
que estaban allí con sus habitantes adentro.
Cuando monseñor supo que iban a inundar el barrio con la draga
fue a decirle a los encargados que no lo hicieran, pero no lo
escucharon. No salió de allí, se metió en la
arena y dijo: “tendrán que pasar sobre mi
cadáver”, empezaron a inundar el barrio, y a él le
llegaba ya la arena a las rodillas. Los bomberos trataban de
convencerlo para que saliera pero él les dijo: “me dejo
enterrar para que mis huesos clamen justicia por esta
injusticia”, entonces, lo sacaron a la fuerza.
Era un hombre que pensaba en un liderazgo no para si mismo sino para la
justicia y la equidad. Cuando un hombre da el ejemplo, no se puede
resistir a actuar. Monseñor nunca dijo que hay que hacer ni como
se hace. Decía, “asuma su responsabilidad sea
entero”.
Monseñor murió pensando en lo de Cristo Rey y Balboa, a
los habitantes les prometieron casa y lo que les dieron fue el barrio
Cartolandia y Cementolandia. Hable con él, el 15 de enero de
1971 día que viajo; menciono el hecho de Cristo Rey y Balboa y
me manifestó su preocupación, me dijo espéreme que
yo vuelvo. Lo estoy esperando todavía. SALOMON ROSERO
Aprendí de él que siempre hablaba la verdad desde el
evangelio. Luchaba y peleaba por los que no tienen voz. MANUEL BARRANTES
El barrio Punta del Este se lo debemos a él. Cuando
estábamos construyendo las casas y venían los de la
policía a desbaratarla. El se quedaba con nosotros hasta que la
termináramos.
También nos decía cuando vengan a dañarles las
casas háganse al frente con todos los niños así lo
hicimos y esas casas fueron respetadas. Luego él hablaba por la
radio y en las misas, y nos apoyaba. Juliana Caicedo
Monseñor llegaba a todas las casas y saludaba a cada uno y una
por su nombre refiriendo algo de su situación, tenía una
memoria sorprendente. A la mañana siguiente de los hechos de
Cristo Rey, el periodista de radio Gonzalo
Arango señalaba a Monseñor como el
“obispo rojo” que se oponía al desarrollo. Aida
Orobio
Así de manera sencilla, como se cimienta la verdad frente al
poder de la barbarie, las víctimas liberaron su palabra, la del
ayer y la del hoy, la de la violencia y el desarrollo, y el pretexto
fue Monseñor Gerardo Valencia Cano. El se hizo texto en cada
palabra sobre ese presente de barbarie, de desesperanza, de
desencuentro, de soledad y de terror.
Sentimos que este espacio permitió que habláramos de la
problemática de Buenaventura con alivio y cierta libertad. La
casa de la Memoria generó un espacio de dignificación,
una atmósfera de encuentro y auto reconocimiento, un tiempo de
esperanza y de búsqueda de alternativas para asumir la realidad.
Reconocimos en la memoria de Monseñor, un motor y ejemplo
para romper el miedo y el letargo, una disculpa para empezar a
juntarnos y reconocernos dentro de un contexto violento que oprime sin
discriminación.
Los participantes asumieron el espacio de la memoria como lugar
sagrado, de encuentro de organización de víctimas, de
discusión, formación, proyección y
sanación; de catarsis y de liberación de los miedos y la
palabra sobre los crímenes de Estado de ayer y de hoy en la
memoria de los mártires, las víctimas indignas de
asesinatos y desapariciones forzadas, como Monseñor Valencia
Cano.
Desde esa noche la Casa de la Memoria se ha convertido en un lugar
especial donde se salvaguarda la verdad silenciada, cercenada,
tergiversada y negada.
Comisión Intereclesial de Justicia y paz
Bogotá D,C., 11 de Diciembre de 2008
Cooperación
World Coalition Against Torturers (WCAT)
International Rehabilitation Council for Torture Victims (IRCT)
Direccion del proyecto
Bianca Schmolze
Bianca Schmolze es administradora de empresas diplomada
y trabaja desde el ano 2002 en la Ayuda Medica para Refugiados. Despues
de ser responsable para la buzqueda de fondos ella esta la responsable
de la campana "Justicia es salud" desde 2004. Ademas tiene un mandato
del concejalía municipal de Bochum.
Tel.: +49-(0)234-9041380
Fax: +49-(0)234-9041381
(Jueves y viernes)
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