Network against impunity

21.05.2008, Argentina

Abogada de derechos humanos Laura Figueroa informa sobre su trabajo en la lucha contra la impunidad en Tucumán

Hay un dicho popular “mucho ruido y pocas nueces”, es lo que pasa en la justicia argentina, en apariencia el Poder Judicial hace justicia pues procesa a algunos militares y policías pero en realidad no investiga nada (todo lo aportamos los querellantes o abogados), no demuestra intención de condenar a la totalidad de los responsables, y el paso del tiempo aparece como gran aliado de los genocidas pero también es utilizado como método de desgaste de los Familiares de Desaparecidos y de los sectores sociales que luchan contra el genocidio. Si el gobierno tuviese como objetivo prioritario la condena de todos los responsables hubiese comenzado hace 5 años atrás con la confección de un presupuesto que incluyera el gasto para la creación de nuevos juzgados, para más empleados, más teconología etc. Es imposible hacer justicia con una estructura colapsada y obsoleta.

En Tucumán logramos que fueran procesados en el marco del delito de genocidio 4 militares (hace un año) en la causa más importante “Arsenal Miguel de Azcuénaga”, pero el nuevo juez dejó de lado esta megacausa para dedicarse a hechos aislados despedazando la investigación y sistematización de las pruebas sobre el exterminio de cientos de tucumanos, de esta manera, el pueblo tucumano no podrá tener una visión global de lo que fue el genocidio y no habrá condena por todos los crímenes pues necesitaríamos 100 años para poder finalizar los juicios.

El desinterés del estado (a través de sus jueces) en recuperar los restos humanos, en reconstruir los hechos criminales a través de los centros clandestinos de detención como el Arsenal Miguel de Azcuénaga, a través de la investigación de las fosas comunes como es el caso del “Pozo de Vargas”, está evidenciado cada vez que debemos esperar meses y meses para que el gobierno remita dinero al juzgado para que las investigaciones avancen o como en algunas oportunidades, el dinero llegó pero no fue utilizado por el juez por desidia o desinterés. Esta situación la vivimos en las dos investigaciones “Pozo de Vargas” y en el Arsenal Miguel de Azcuénaga.

La investigación en el *Pozo* está parado hace dos años, primero porque se rompió el elevador que transporta a los peritos hacia el interior, luego porque se debía construir otro que tuviera determinadas características que permitiera descender hasta más de 40 metros, después por falta de dinero, finalmente porque las lluvias de verano provocaron inundaciones y el pozo se llenó de agua y barro por falta de prevención, y se tuvo que comprar otra bomba para extraer el agua. Ahora estamos esperando que el ingeniero comience con la instalación del elevador para que los peritos puedan continuar con su labor. Llevamos 6 años con la investigación y aún nos falta extraer 20 metros de relleno para llegar al fondo del pozo.-

En relación a la investigación en el *Arsenal Miguel de Azcuénaga* hemos logrado después de dos años de lucha, que el gobierno designe a un batallón de militares capacitados en tareas de desminado humanitario y en junio comenzarán con el último sector, por suerte ya finalizarán; esto permitirá a los peritos ingresar a la zona donde están las fosas sin temor. Al estar habilitados los dos primeros sectores comenzarán (espero que sea en breve) analizando el galpón donde estuvieron cautivos y sus alrededores.-

Mi lucha es constante, aunque hay otros abogados éstos son muy inexpertos y a veces temerosos así que no puedo ni debo cansarme pues soy conciente que sería una derrota enorme.

Laura Figueroa.

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