A todos y todas aquí presentes, reciban un saludo lleno de fortaleza a nombre de la
Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos Desaparecidos FEDEFAM.
Agradezco la invitación, a Ayuda Medica para Refugiados y a todas las organizaciones
convocantes como A.I., Watch Indonesia, Coalición contra la Impunidad, Centro de Derechos
Humanos de Nuremberg y Centro Internacional de Derechos Humanos de los Kurdos, espero que mi aporte,
sirva para fortalecer la conciencia y dejar plasmado que la lucha por la verdad, la
justicia y contra la impunidad debe ser un compromiso ético y moral de todas y
todos.
La profundización de la práctica represiva de la desaparición forzada de
personas en América latina se intensificó a fines de los años 60,
con la aplicación de la Doctrina de Seguridad Nacional; asesorados militares y
policías de América latina por la CIA y el pentágono mediante la escuela de las
Américas.
Su magnitud en la década 70, nos angustió, empezamos a organizarnos a nivel nacional y
llevar las denuncias al exterior, es así como nuestro querido Padre Juan Vives Presidente de
la Fundación Latinoamericana por los Derechos Humanos y el Desarrollo Social
(FUNDALATIN) nos convoca a los en San José de Costa Rica en enero de l98l, al Primer
Encuentro Regional de Familiares de Detenidos Desaparecidos., donde analizamos las
condiciones políticas reinantes en la mayoría de los Estados latinoamericanos, muchos
de ellos bajo dictaduras militares u en el cual trazamos planes de trabajo que tendrían como
objetivo fundar la federación. Que hoy agrupa a 20 asociaciones de 12 países de
América latina y con grupos de apoyo en EE.UU., Europa, y en América latina.
Tiempo después logramos que la ONU nos reconociera como un Órgano Consultivo en
categoría II ante el ESOSOC, y que así obtuviéramos mayores posibilidades
de éxito en el trabajo y obtendríamos herramientas jurídicas, materiales,
políticas y morales que nos permitirían frenar las desapariciones forzadas.
De manera que la razón de ser y de existir de FEDEFAM fue, y es, la necesidad de luchar
contra la práctica de las Desapariciones Forzadas y la impunidad, Por la Verdad, la Justicia
y la Reparación integral.
En FEDEFAM su mayoría somos mujeres, dando la impresión que es una organización
de genero de composición femenina; pero la razón es entendible: los mas de 120.000
casos de detenidos desaparecidas que tenemos registradas el 80% son varones, esto explica del por
que somos amas de casa, empleadas, estudiantes, madres y abuelas, muchas de nosotras teníamos
poco o ningún vínculo con el activismo político, y si existía era de
manera indirecta: De ahí que la formación teórica en derechos humanos se
adquirió en la practica, en ese ir y venir por palacios presidenciales, despachos judiciales,
ministeriales, cuarteles y batallones militares y policiales, para demandar una explicación,
exigir justicia, presentar una denuncia, encontrar un indicio o prueba del crimen cometido contra
nuestros familiares.
Con el tiempo, los objetivos, las tareas y el campo de acción de nuestra
federación se ampliaron porque la guerra sucia como método recurrente de las clases
sociales en el poder, y su amplia gama de acciones vejatorias de los derechos humanos de los
opositores, afectó a los mismos defensores de derechos humanos, es decir de nuestra propia
militancia y dirigencia.
Podríamos nombrar a cientos de compañeras afectadas por la represión, pero como
ejemplo Azucena Villaflor, fundadora de Madres de Plaza de Mayo de Argentina, cuyos restos han sido
encontrados recientemente. A Rosario de Cuevas de Guatemala que junto a su hermano Mayor de 21
años y su pequeño hijo de dos años fue asesinada en 1986, al año
de la desaparición de su esposo en 1985. A Guadalupe Ccollocunto, la joven peruana que fue
sacada de su casa y desaparecida ante los ojos de sus cuatro hijos menores, porque
organizó a los familiares de desaparecidos y reclamaba la presentación de la
desaparición de su esposo en Ayacucho, Perú. Ángel Quintero y Claudia
Patricia Monsalve colombianos desaparecidos en 2001. Cientos de familiares han fallecido desde
entonces sin saber nada de nuestros desaparecidos, entre ellos mi padre Benigno Galarza Becerra que
falleció sin saber de su hija Leticia, mi hermana. Se alejan de nuestro lado
llevándose un inmenso dolor.
Al extenderse la desaparición forzada de personas por todo el continente, nos obliga a
multiplicar actividades, para dar respuesta y solución a las necesidades que justificaron y
justifican nuestra existencia como organización, pues, a medida que avanzábamos
nos dábamos cuenta que era mas complejo el asunto, pues son -los desaparecidos- hombres y
mujeres que aman la vida, que lucharon por la distribución equitativa de todas la riquezas,
por alimentación, vivienda, tierra, educación. En general fueron hombre y
mujeres muy queridos y son ellos los que sostienen esta lucha: por eso la lucha de ellos es
nuestra lucha por que fue eminentemente política.
La lucha por la justicia y contra la impunidad tenía que trascender a nivel nacional y
continental: no bastaba ir, venir, indagar, reclamar y denunciar ante autoridades -incluidas las
militares-, era preciso e indispensable apelar a la comunidad y la opinión publica
internacionales, asistir a cuanto foro, congreso y demás eventos de índole
internacional relacionados con los derechos humanos nos invitaran, para dar cuenta de lo que pasaba
-y pasa- en cada país y así comprometer los organismos intergubernamentales para que
sus demandas fueran atendidas.
Hoy nos hemos entrelazados con otros continentes, somos una organización que
apoya, asesora y asiste a federaciones amigas como La Federación
Asiática y la Red Africana contra las Desapariciones Forzadas...
Somos protagonistas de los tiempos que nos ha tocado vivir; las organizaciones que
representamos tenemos la obligación de la construcción colectiva de la
humanidad, de crear las herramientas jurídicas mas eficaces para defender a los seres
humanos de las arbitrariedades de los gobiernos. Pero Son los estados junto con sus
instituciones los que tienen el deber ético, moral y jurídico de trabajar
por la verdad. Verdad indispensable sobre los hechos acaecidos en el periodo trágico que han
vivido nuestros pueblos. Verdad necesaria que no puede limitarse a la ubicación de los
restos de nuestros desaparecidos, sino a el por que, quienes. Donde, cuando.
Diversas comisiones se han impulsado en América Latina por conseguir la verdad y la justicia,
como las Comisiones de la Verdad, fiscalías, propuestas de leyes contra la
impunidad, etc. Estas en casi todos los países sin resultados favorables que los
familiares podamos avalar y que mediante estas propuestas se hayan logrado los
objetivos de Verdad y Justicia y la Reparación integral.
Mientras un delito quede impune, tan grave como el que nos ha tocado vivir, se
reproduce de otra manera, con características distintas, como el caso de más de 400
asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez Chihuahua, México y que los responsables
están dentro de instituciones que se supone deben de impartir justicia, por ejemplo
José de Jesús Silva Silva , lugarteniente de Elías Ramírez, torturador
que permanece prófugo, ambos responsables de cientos de asesinatos, desapariciones,
torturas políticas en la década de lo s 60s.
Recogiendo el espíritu de la Verdad rechazamos cualquier ley que tenga como objetivo
mantener la impunidad y saludamos a los gobiernos que han declarado inconstitucionales como lo ha
hecho Argentina con las leyes de Punto Final y Obediencia Debida.
Es inadmisible que el sistema judicial continué, en muchos países, ignorando lo
que establece la normativa humanitaria internacional, que es derecho vigente de que los estados
se responsabilicen y sancionen a los autores, coautores y autores
ideológicos de tantos horrendos crímenes.
y sobre todo que den paradero de los detenidos desaparecidos, como lo establece la
Declaración que protege a todas las personas contra las desapariciones forzadas de la ONU
aprobada en 1992 y la Convención Interamericana que protege a todas las personas contra la
desaparición forzada por la OEA en Belem de Para, Brasil en 1994.
Hace pocos días hemos obtenido otro logro el grupo de trabajo intersesional de la ONU
el día 17 de septiembre terminó de discutir y aprobar una Convención contra las
Desapariciones Forzadas, en conjunto con nuestra Federación y otras ONG amigas que estaban
encargados de Trabajar por esta Convención, después de mas de 24 años que
trabajamos sobre esta propuesta, instrumento que es necesario por que su practica se ha extendido en
todo el mundo Asia, África, América latina Europa. Y que son más de 70
países.
Varios Estados se han adherido a compromisos internacionales que establecen que la
desaparición forzada de personas es un delito de lesa humanidad, que como tal no
prescribe, han aceptado que es un delito que por su naturaleza es permanente, por lo que se sigue
cometiendo de forma continuada hasta que aparezca la persona con vida, o, en su caso, hasta que
aparezcan sus restos y pueda certificarse legalmente la fecha y causa de su muerte. En consecuencia,
el Poder Ejecutivo no deberá entorpecer en ningún caso la labor de la Justicia y debe
prestar la mayor cooperación a las instituciones nacionales e internacionales en todos
aquellos casos donde se tramiten causas originadas en violaciones a los derechos humanos.
Sin embargo, aquí podemos citar a Colombia que tiene la ley 589 contra las desapariciones
forzadas y el gobierno no respeta los Convenios Internacionales. En este país se están
efectuando cuatro desapariciones forzadas diarias en este momento, alcanzado desde 1984 que se
inicia a la fecha la cifra de mas de 6000 D-D a la vez cientos de asesinatos,
encarcelamientos y torturas contra la población organizada,
Siempre se están renovando incertidumbres, dolores y angustias. La figura del desaparecido
representa el ejemplo máximo del horror. Ese horror aún nos atrapa a nosotros y al
conjunto de la sociedad. La desaparición de los detenidos, condenados a no vivir y a no
morir, produce una herida atroz que no cierra, que permanece con la ignorancia de sus paraderos. Los
responsables de estos crímenes aberrantes no han dejado de dañarnos. Aún hoy
mantienen una conducta macabra: señalan cementerios clandestinos sin tumbas o tumbas sin
cuerpos; como lo sucedido en Uruguay significan una tortura atroz, y una tortura mas para nosotros.
Pero queremos ratificar que ni la persecución, las presiones, la indolencia de las
autoridades, nos ha menguado la paciencia y la capacidad de trabajo, TAMPOCO la
precariedad económica, amilanan nuestro entusiasmo, al contrario, constituye un acicate
para seguir una tarea ardua, si se quiere desigual, pero indispensable para poner sí
fin a este crimen contra la humanidad.
POR LA VERDAD, LA JUSTICIA Y CONTRA LA IMPUNIDAD
Gracias.